Hoy muchos españoles se han ahorrado poner el despertador para ir al trabajo debido a la "celebración" del Día de la Asunción. Era evidente que hoy la Iglesia iba ser protagonista del día, el problema viene en que una vez más se han quitado el traje de religiosos para ponerse el de políticos. A Blázquez le apeteció hablar de terrorismo mientras que el cardenal Cañizares no ha desperdiciado la oportuniadad para hacer política y cargar una vez más contra el Gobierno. No perdonan ni un día, la cruzada iniciada por los sectores ultraconservadores que apoyan al PP ni siquiera nos permite tomarnos un festivo en paz. Este vez la perla del citado personaje ha sido la siguiente: "en la vida pública, es importante que Dios esté presente, por ejemplo, mediante la cruz en los edificios públicos".
Los funcionarios de Dios, los curas, que se niegan rotundamente a suprimir los numerosos símbolos franquistas que presiden sus templos religiosos exigen al Estado que los edificios de los órganismos públicos vayan con cruz incorporada. Muy mal debe andar de clientela la Iglesia para que tenga tal necesidad de promocionón. La jerárquía eclesiástica en España pide respeto a todas horas pero es incapaz de darlo y afirman reiteradamente que no hacen política cuando le están diciendo todos los días al Gobierno lo que tiene que hacer. El cinismo de estos señores de sotana empieza a exceder de los límites en los que debe moverse todo culto religioso.
La Iglesia ha de tener la autoridad que sus fieles le concedan pero en modo alguno puede dictarle con voces de ultratumba al Gobierno como tiene que legislar y muchos menos pintar el fin del mundo si no se hace aquello que supuestamente manda Dios. La cúpula de la Iglesia española no tolera la vida privada de los ciudadanos y ello reviste una gravedad indiscutible. La Iglesia puede opinar cuando le venga ganar pero no tiene derecho a discriminar ni a insultar como está haciendo con los gays o con aquellos padres que utilizan los avances de la ciencia para evitar enfermedades a sus hijos. Ni unos son enemigos de la familia ni otros de la vida.
Al fin y al cabo, que se va esperar de alguien que no se manifiesta contra la guerra pero que salen como locos a la calle para anunciar el fin de la familia por el simple hecho de que el Parlamento apruebe una ley para otorgar derechos a quienes históricamente habían sido privados de ellos. No entiendo porque los curas no forman un partido político y lo presentan a las elecciones...perdón, ya lo tienen: se llama Partido Popular. Comete la Iglesia un grave error, hay muchos católicos que no están en las filas del PP y a los que están dejando escapar. Allá ellos.
2 comentarios:
A mí me parece estupendo que la Iglesia haga política y que de cuantas opiniones polít5icas desee ofrecer. Y me parece estupendo porque en una democracia cualquera (hasta la Iglesia) tiene el derecho de hablar de política y de opinar sobre la Gobernaciçon. ¿Por qué voy yo a tener derecho a abrir un blog de política y no lo va a tener la Iglesia a opinar? ¿Por qué puede hablar de política un sindicato o una ONG y no la Iglesia? Tratar de negar ese derecho es un gesto de autoritarismo y de una comprensión muy interesada de lo que democracia es.
Que la Iglesia hable de política. No hay ningún problema. El único problema provendría de que el EStado o el Gobierno hicieran religión (de cualquier tipo)
Gracias por tu comentario. No estoy de acuerdo, la propia COnferencia Episcopal ha dicho muchas veces en voz de su portavoz Camino que ellos no hacen político. La realidad es otra. Se contradicen ellos sólos.
El problema mas que en hacer político está en la forma de hacerla insultando y dibujando el fin del mundo cuando el Gobierno hace algo que no les gusta
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