Este fin de semana Batasuna-ETA decidió una vez más salir a las calles para amenazar al Gobierno, a las leyes y a la paz. Los simpatizantes de los asesinos hicieron lo de siempre, a nadie debe sorprender: gritos a favor de la independencia de Euskal Herria y en contra de lo que ellos llaman "represión" que no es más que el cumplimiento estricto de la ley. Al mundo abertzale la democracia le repugna y eso es conocido por todos pero empieza rozar el surrealismo extremo el hecho de atribuir las decisiones de los jueces al Partido Socialista. Tanto Grande Marlaska como Garzón han demostrado ser totalmente independientes y aunque muchos les acusen de querer ser más estrellas que jueces su trabajo me parece admirable. Será dificil conseguir que entren en el juego democráticos aquellos que piensan que la separación de poderes es un cuento chino.
Si a Zapatero le sale bien la jugada habrá que levantarle un monumento en cada calle de España, el Presidente del Gobierno ha demostrado su habilidad para andar por caminos de minas sin que le exploten y solo cabe esperar que la racha siga. Es su obligación intentarlo y en caso de salir mal las cosas, los culpables serán los que matan y nunca el que ha hecho todo lo posible para que dejen de hacerlo.
Al PP no le molesta la existencia de ETA porque el terrorismo para la derecha española siempre ha sido una fuente de votos imprescindible para sus victorias electorales. Recordemos el juego miserable y sucio de Aznar acusando a Felipez Gonzalez de no hacer nada ante los asesinatos de la banda terrorista. Aznar en su etapa de oposición a la hora de analizar el fenómeno terrorista puso mucho más el acento en el Gobierno socialista de entonces que en los asesinos y eso mismo hace hoy su discípulo Rajoy que ha criminilizado más la conducta de Zapataro que la de los etarras.
Realmente sólo veo interesado en el éxito del proceso de paz al PSOE. Tanto Batasuna como el PP lo intentan torpedear todos los días. A los populares les dio por condenar desde el primer día aquello que ellos hicieron en al menos dos ocasiones cuando gobernaron y Batasuna, por su parte, no hace más que poner piedras difíciles de superar en el camino. Si ETA desaparece Batasuna perdería su bien más preciado y el PP ya no tendría muertos que echar a la cara de Zapatero, el cruce intereses es tan indignante como cierto.
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