La carrera política de Emilio Perez Touriño, actual presidente de la Xunta, esta marcada por la apuesta decidida de Zapatero de llevar al PSOE a la conquista gallega de una vez por todas en serio. Touriño en su primera contienda electoral perdió ante un Fraga ya moribundo y faltón como nunca quedándose con apenas 17 escaños pero poniendo freno al descenso acusado de los socialistas en favor del BNG en los años anteriores.
Muchos fueron en el partido los que pidieron la cabeza de Touriño, entre ellos, principalmente, el ex alcalde coruñés Paco Vázquez. Zapatero fue claro, Touriño se merecía una segunda oportunidad. Ese fue el 1º favor (el más importante), mientras todos pensaban en buscar un nuevo líder para el socialismo gallego fue personalmente Zapatero quien decidió que había que apoyar de nuevo a un político que parecía visto para sentencia pero al que el tiempo y los votos pondría en el sillón más importante de los que se reservan para los políticos gallegos.
Dicho esto, las cosas claras. Esos votos no iban dirigidos a Touriño sino a ZP. Recordemos que las elecciones gallegas tuvieron lugar en un momento de apogeo del actual Presidente del Gobierno poco después de un notable ascenso en las elecciones vascas donde Patxi López recuperaba el segundo puesto de las fuerzas políticos perdido años antes por un Redondo Terreros que más vale olvidar.
Touriño es un político incapaz de hacer las cosas por sí solo, siempre necesita ayuda o directamente a alguien que se las haga. En esta crisis se ha visto claramente, era evidente que Quintana se iba esconder. El Vicepresidente de la Xunta si puede le clavará la puñalada en el momento en que se le presente la oportunidad pero jamás ayudará a su presidente. La realidad es así de triste. Zapatero ha hecho con Touriño lo que no hizo Aznar con su padre político Manolito Fraga. El guerrillero Aznar tardó más de un mes en venir a Galicia cuando fue el Prestige, Zapatero lo hizo al 6º día y aún así le han caído críticas de los voceros mediáticos que no vieron mal la tardanza de mas de treinta días de Aznar cuando una marea negra teñía las costas de A Costa da Morte.
Tras cuatro años de oposición Touriño llevó al PSdG-PSOE a 25 escaños quitándole cuatro al PP y otros cuatro al BNG. Teniendo en cuenta el punto de partida el éxito fue claro. El Bloque se hundió y el PP perdió la mayoría Absoluta. Touriño ya tenía la Presidencia, el pacto con los nacionalistas estaba cantado.
El segundo favor ha sido esta semana con el drama de los incendios. Fueron dos días escasos los que Zapatero ha pasado en Galicia pero le ha vuelto a salvar la cara a Touriño demostrándole como se da la cara aunque ello te cueste llevarte algún abucheo. Touriño el día antes de la llegada de ZP a Galicia afirmó que la situación estaba "controlada". Es falso, no lo estaba y sigue sin estarlo. Touriño ha mentido a sabiendas afirmando que todo está bajo control cuando la evidencia de tal falsedad es notoria. Es una mentira despreciable que debe ser condenada. En cambio, Zapatero si reconoció públicamente la extrema gravedad: en su primera rueda de prensa habló de conductas criminales, ayudas y más medios al tiempo que empleba la expresión "desafío grave" para definir la situación.
Touriño sabe que jamás sería Presidente de la Xunta sin Zapatero al frente del PSOE y debe mantener una actitud de lealtad que, por ejemplo, Maragall no ha tenido en ningún momento. Es de buen nacido ser agradecido.
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