sábado, agosto 26, 2006

Ni Garzón ni Del Olmo ni Pedraz: a la derecha no le gustan los jueces

Al Partido Popular, eterno paradigma de la defensa de la patria, la Constitución sólo le interesa cuando pueden obtener algún tipo de rédito. Uno de los postulados primordiales del nuestro Estado de Derecho es la separación de poderes: legislativo, ejecutivo y judicial. Los dos primeros tradicionalmente se han venido confundiendo sistemáticamente en todos los gobiernos democráticos desde 1978, principalmente cuando se materializan las temidas mayorías absolutas. Lo que no es tolerable es la confusión con el tercero, el Judicial. Es recomendable la lectura por parte del PP y de sus voceros la lectura detenida del art. 117 CE.

Hasta ahora los únicos que no entendían tal realidad democrática y jurídica era el mundo de Batasuna. La sorpresa es que el PP dedique gran parte de su discurso político a atacar a los jueces acusándoles de servilismo a lo que ellos llaman proceso de chantaje. Los medios que apoyan al citado partido dedican amplios espacios a criticar a los jueces que en su obligación de aplicación de la ley rigiéndose por el principio de la independencia perjudican y dejan al descubierto las mentiras del PP.

Lo que se ha hecho y se sigue haciendo con el Juez Del Olmo, instructor del 11 M, es sencillamente miserable. No solo lo han intentado despretigiar haciendo uso de todos los instrumentos que tienen a su alcance sino que han llegado al campo de la descalificación personal llamándole "ciego" o "enfermo" al tiempo de que le imputaban delitos afirmando que desvirtuaba pruebas o simplemente las ocultaba no incluyéndolas en el sumario. La campaña orquestada por los medios conservadores contra este juez es para escribir un libro con muchos capítulos.

La última diana ha sido el juez Pedraz al autorizar una reciente manifestacion abertzale. El mundo de Batasuna es absolutamente despreciable y como organización política está ilegalizada pero sus miembros no tienen anulados sus derechos civiles. Y si convocan manifestaciones cumplimendo los requisitos legales exigidos, por mucho que nos repugne, no se pueden prohibir. La ley no puede conocer de atajos, lo contrario sería colacar al Estado al mismo nivel que los asesinos y sus simpatizantes.

El único que parece le contenta al PP y compañía es Grande Marlaska aunque ese "amor platónico" me recuerda mucho al que en su día tuvieron con Garzón en la etapa del Gal. En aquellos años Garzón era muy bien visto en esos círculos derechistas porque les convenía para sus intereses: unos años mas tarde, en la actualidad, Garzón ya ha pasado a ser el demonio peligroso de siempre. Quizás con Grande Marlaska en el futuro pase lo mismo siendo los mismos que hoy le adoran quienes no tengan reparo en gastar muescas de sus pistolas verbales para mancharlo con todo lo que sea posible olvidándo los días de vino y rosas en los que Marlaska era un referente.Todo vale con tal de justificar mentiras masivas de un partido que levanta la bandera de España y el libro de la Constitución con el único objetivo de conseguir votos.

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