Pues ya la tenemos armada otra vez. El Gobierno ha decidio cumplir la Ley de la Memoria Histórica recientemente aprobada en Consejo de Ministros: ayer se retiró de la Academia General Militar de Zaragoza la estatua del dictador y su preciado caballo. El gesto no merece ninguna crítica sino por su tardía. Es indignante que España esté llena de calles dedicadas a dictadores y asesinos pero lo es más que haya partidos políticos a los que les moleste soberanamente la retirada de estos símbolos macabros.
Particularmente gráfico me parece el editorial del diario ABC que califica la retirada de "acto ilícito" porque se hace con la intención de desviar la atención de otros asuntos. Bueno, eso dicen estos fieles servidores de la causa conservadora. El argumento no se sostiene. Es de una nitidez fácilmente contrastable que a la derecha no le gusta la Ley de la Memoria Histórica pero en ningún momento nadie puede llamar al incumplimiento de la normativa vigente.
Es una realidad innegable que se cuentan por miles los simpatizantes y militantes del PP que sienten absoluta adoración por el caudillo, hay cosas que van en la sangre: que se lo digan a Fraga o al guerrillero Aznar. Patente y bien tangible es la evidencia de que el PP siente gran apego por la dictadura franquista por miles de motivos, cada vez que se quita una estatuta se sienten ridículamente atacados y ofendidos. Lo que más gracia me hace es el argumento que utilizan: "forma parte de nuestra historia", es la frase que más pronuncian y lo hacen sin descanso, siempre la tienen en la boca como si estuviesen orgullosos de 40 años de totalitarismo y asesinatos.
En esta ocasión, el emisario del PP ha sido el inefable Cañete (sí, el de las vacas locas) diciendo que es un gesto del PSOE para fidelizar a los radicales de la izquierda. La perla no me digan que es graciosa: resulta que suprimir de la vida pública los símbolos de un asesino, de un dictador va ser pecado y de los graves. No pasa de un mal chiste las declaraciones de este mandado de la derecha española
En todo caso, quiero mandar un mensaje de tranquilidad a la "afición franquista" puesto que todos estos monumentos se están llevando a museos que podrán visitar para rendir homenaje a su padre político. Eso sí, las calles y las plazas deben estar libres de sangre y golpistas. Por fin, con la llegada de Rodríguez Zapatero a la Moncloa tenemos un Gobierno sin complejos que habla bien claro y aprueba leyes para no olvidar la memoria de aquellos que Franco ordenó fusilar.
3 comentarios:
Si existe algún sitio donde eliminar los símbolos franquistas sin duda ese sitio es cualquier instanlación militar.
Manda narices que un militar golpista, que se levantó en armas contra el Gobierno legalmente constituido, sea puesto como ejemplo para los militares.
¡Ya era hora!
Saludos
La transición no acabó con un rechazo y condena al franquismo. Para evitar males mayores se hizo mirando para otro lado. Así, la dictadura no fue deslegitimada y ahora pasa lo que pasa, que hay a quien no se le cae la cara de vergüenza por defender la permanencia de estos símbolos de un régimen que derramó tanta sangre, aún caliente. El franquismo sociológico está latente, no se disolvió como el nazismo o el fascismo italiano.
Gracias por vuestros comentarios. Estoy totalmente de acuerdo.Mataron sus vidas pero no pueden matar la memoria ni el recuerdo
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