El proceso de paz se está caracterizando por la resistencia miserable de Batasuna a aceptar las reglas de juego y por la deslealtad infame del PP. El PNV está jugando un papel testimonial desde la perspectiva pública que seguro se convierte en protagonista imprescindible en las numerosas reuniones secretas que se están celebrando. Entre el nacionalismo vasco la voz que debe ser destacada es, sin duda, la de Josu Jon Imaz. En el fondo es como todos los nacionalistas, seguro, pero su comportamiento de apuesta estricta por la legalidad sin dar el más mínimo pase a las acciones violentas merece ser señalada.
En numerosas ocasiones he escuchado a los nacionalistas vascos poner más el acento en las actitudes del Gobierno de España que en la violencia de ETA. Palabras cobardes que concedían margen de entendimiento a quien emplea la sangre y la extorsión como medió de macabra expresión. Me refiero, por ejemplo, a la portavoz del Gobierno vasco Miren Azkarate a la que he escuchado más veces criticando a gobiernos españoles salidos de las urnas que a los cachorros de ETA. Pero son muchos los ejemplos: que decir del inefable Arzallus, felizmente retirado, y tantos otros.
Un caso significativo es el de Ibarretxe: estamos en este caso ante lo que no es más ya que un mal recuerdo del pasado, un personaje arrogante que puso su nombre a un "proyecto político" que pretendió imponer a la fuerza a la mitad del pueblo que preside. Le salió mal la jugada. Más que lendakari se asemeja a un ingrediente pasivo del paisaje. Ni ayuda mi molesta, parece que el partido no va con él.
Se agradece que en la locura colectiva del nacionalismo que se vive en Euskadi haya una figura que se ha puesto al lado de Zapatero sin concesión alguna al mundo batasuno. No debería ser necesario hacer mención a aquellos que cumplen la ley y persiguen a los asesinos pero como en el PNV no es tan habitual que esto suceda, ahí quedan mis palabras de reconocimiento para Imaz.
1 comentario:
Los nacionalistas son todos iguales, aunque sí, parece que el Imaz este algo distinto aporta pero no me fio un pelo
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