sábado, diciembre 16, 2006

El vigilante Estado de Cataluña

Lo dijo Pascual Maragall en una de sus últimas "perlas verbales" antes de dejar el sillón de President: "El Estado en Cataluña es prácticamente residual". Es cierto pero tal afirmación debe ser aceptada en toda su amplitud y con todas sus consecuencias. Es frecuente en los nacionalismos mirar con ojos condenatorios a lo que ellos llaman "Madrid" para encontrar las causas de sus problemas. La tendencia natural de culpar al vecino de los males propios no es más que un reconocimiento encubierto de la inutilidad propia.

Cataluña orgánicamente funciona como un Estado. Poco más que les falta el Ejército pero su repugnancia a las Fuerzas Armadas permite que no lo echen en falta. Eso sí, cuando sus cuerpos policiales no hacen frente a los ramalazos de delincuencia solicitan la ayuda de la Guardia Civil, tan denostada pero parece que no tan innecesaria.

El Estado catalán atiende a las características que ERC suele atribuir con tono agresivo e intención cínica al Estado español. Es un Estado intervencionista hasta la extenuación. Se defiende el movimiento ocupa y se mira con malos ojos la libertad de los propietarios a la hora de elegir el destino o uso de sus titularidades dominicales. Lo peor de todo, a mi juicio, es la percepción desagradable de una especie de corriente de pensamiento que tiende a calificar todo aquello que se muestre partidario de la defensa de la propiedad particular como un ataque de derechismo inaceptable.

Reivindico desde aquí mi derecho a sentirme de izquierdas, manifestarme a favor de la propiedad privada y, en consencuencia, en contra de la iniciativa de expropiación temporal de la Generalitat. Lo reivindico, espero que ustedes me dejen. Últimamente hay que pedir permiso para todo, el Estado vigila. Tengan cuidado, no sean malos. Hace unos días en un foro me llamaron retrógado por esta convicción, que desgracia ser discrepante en esta vida de complacientes almas que se alinean de forma incondicional a sus mandatarios políticos.

Son insoportables para un tipo tan extraño como el que escribe las actitudes de los forofos. Aquellos que defienden a su partido con independencia de sus actos se convierten en autores dogmáticos del silencio social. Hay ciudadanos que son más políticos que los políticos. Mala enfermedad para una democracia tan joven como la nuestra. Se pierde el espíritu crítico. Se ha empezado a tramitar en el Congreso estos días la Ley de la Memoria Histórica con la que estoy de acuerdo e incluso me gustaría que fuese más allá y critico la poca valentía del Gobierno Zapatero al tiempo que dejó constancia del inevitable apego del PP a la época franquista. Sin embargo, un interrogante se me plantea casi sin quererlo: ¿es posible tener memoria histórica si ya hemos olvidado la mentira del político de turno ayer? Cosas mías, de verdad, no le den más vueltas.

Mi mala idea natural me hace sospechar que la acción política de la expropiación va dejar intactas las propiedades de los grandes sectores burgueses desocupadas pero atacará con todas sus fuerzas a gente que no llega a ser de clase alta pero tiene dos viviendas, muchas veces por simple herencia. Deben perdonarme, soy un mal pesando. Seguro que Montilla y Carod Rovira mirarán con los mismos ojos a todos. Segurísimo. Los ocupas no son el paradigma del trabajo y lo que ellos llamen "movimientos culturales" son falacias.

Resulta que tener un trabajo para avanzar en la vida y poder tener una casa para los hijos o para veranear es un lastre para la sociedad. Un drama que el Estado catalán no puede permitir y se ve obligado a expropiar para alquilar. La especulación inmoviliaria es un mal estructural en toda España pero no se va solucionar de esta forma. Los dueños del ladrillo seguirán campando a sus anchas, esto ni les va ni les viene. Es insultante que haya grandes riquezas de origen corrupto y gente que no tenga un techo pero tal sutación es culpa de las autoridades y perjudicar a terceros es absurdo. Ay, en fin, voy escribir ya el punto final que me canso.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Una puntualización referida a la famosa frase de Maragall:

Sin ánimo de impartir una clase de Derecho Público, entiendo que cuando quiere decir que el Estado en Cataluña es residual se refiere a la Administración General del Estado (por cuanto que se han transferido la mayoria de sus competencias a la Administración autómica catalana), y no al "Estado Español", ya que la Generalidad es tan Estado Español como pueden serlo el Gobierno central o las Cortes.

De hecho, el máximo representante del Estado en Cataluña es el Presidente de la Generalidad (y no el Delegado del Gobierno, como equivocadamente pìensan muchos, ya que éste es el máximo representante de la Administración General del Estado).

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