GALICIA: un año sin Fraga pero todo sigue igual (de mal)

Se ha cumplido recientemente un año desde la marcha del dinosaurio de la Xunta de Galicia después de 16 años de gobierno caciquil del Partido Popular. En las elecciones autonómicas de 2005 el vencedor de nuevo volvió a ser Fraga pero esta vez quedó a un escaño de la mayoría absoluta por apenas 25.000 votos, una diferencia paupérrima pero suficiente para que los dos partidos de oposición pactaran para consumar el cambio de ciclo político. El PP pasaba a la oposición al tiempo que PSdG y BNG asumían el gobierno.

Fuimos muchos los gallegos que esperabamos el cambio y que votamos para conseguirlo con la intención de que verdad las cosas cambiaran. No ha sido así, todo sigue igual. De los dos gobiernos del PP, el de la boina y el del birrete, pasamos a los dos gobiernos actuales: el socialista y el nacionalista. Una unión de intereses como todas las coaliciones para tocar poder.

El nivel de los conselleiros es realmente bajo, da la sensación que no acumulan más mérito que ser amigos a los que había que devolver favores. No se explica que el Conselleiro de Economía (socialista) no hable nunca en gallego o que el conselleiro de Industria (nacionalista) no ostente más historial que ser humillado en las elecciones a la alcaldía de Lugo a manos de Orozco. Dicho esto, prefiero a una banda de interesados que a un ministro de la dictadura como presidente aunque ello no es óbice para sentir una inevitable decepción por los esperpentos que estamos presenciando.

El último ridículo fue la semana pasada la celebración del Día ¿Nacional? de Galicia. El Presidente Touriño estuvo en su sitio, soso a no poder más, pero siempre correcto. En cambio, el Bloque rehuyó de los actos oficiles para hacer una manifestación de esas que tanto les gusta a los nacionalista, el lema: "Somos unha Nazón". Una vez más los súbditos de Quintana alzaron la voz para decirnos a los gallegos lo que somos o, mejor dicho, lo que ellos quieren que seamos.

Quintana no se ha dado cuenta todavía que está en el gobierno lo cual reviste una gravedad extraordinaria aunque por lo visto al personaje tanto le da, ya tiene el sillón que es lo que quería. La irresponsabilidad del Vicepresiente es tal que en lugar de estar presente en los actos que su cargo institucional así se lo exige se fue con los "amigotes" a lucir pancarta entre gritos y banderas anticonstitucionales.

P.D: ¿que hemos hecho los gallegos para merecer esto? Continuara...