Aunque a muchos le moleste, no hay duda, Rajoy es el personaje del año. Otra conclusión sería negar una realidad aplastante: ni Llamazares con su comunismo medio muerto medio cómico, ni Carod Rovira en sus aventuras de mediocre venido a más, ni nuestro amigo Federico con su interpretación magistral de bufón de la corte... el "líder" del Partido de los Perdedores (PP) es el hombre a seguir. Rajoy es ante todo el subdito preferido del guerrillero Aznar, un tipo mentiroso como nadie que no sabe ni hablar pero que quiere ser Presidente del Gobierno. Rajoy tiene la convicción que España es sólo de los derechistas como él y de los curas, de verdad lo cree: se trata de un derecho exclusivo de propiedad que viene impuesto por leyes naturales y que no suscita dudas, España es del PP porque lo dice Dios y la naturaleza (ya está, no hay mas que hablar).
Para Rajoy la guerra es un medio más para conseguir la paz, las mareas negras son hilillos inofensivos, las huelgas generales una banda de trabajadores vagos que encima piden derechos y la Constitución la creó él solito por obra del espíritu santo. Los equivocados son "los otros", él dice la verdad. España va camino de la destrucción, ZP es un diablo con sonrisa tatuada en la cara y el PSOE no es un partido politico sino solo los enemigos que tienen el poder de manera ilegítima porque los 11 millones de españoles que le votaron son de "los malos", gente de la que no se puede fiar uno. Para Rajoy esos votos no valen porque solo sirven los suyos, los que aceptaron la guerra y las mentiras sobre los atentados.
El "mariconplejines" como le llama su amigo radiofónico al que le da cuentas semanalmente ya ha perdido los dos Debates del Estado de la Nación en los que se ha enfrentado contra Zapatero. En el último de ellos, para justificar el bochornoso rídículo que protagonizó llegó incluso a señalar al Presidente del Congreso como culpable de su incapacidad política. No debe extrañar a nadie, los que pierden siempre miran al árbitro cuando termina el partido.
En todo caso, tenemos que estar tranquilos puesto que Rajoy vendrá como el Mesías a salvarnos del mal que Zapatero nos trae. Menos mal, el fin del mundo tiene solución: se llama Mariano Rajoy. La última ha sido declararase a sí mismo insumiso. Pobre Mariano, pobre.
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