La intervención que protagonizó ayer Artur Mas, en líneas generales, no es digna de un representante político. Su actitud revanchista y amenazodora está fuera de lugar por sí misma pero también por su carácter ridículo ya que CiU no ostenta ningún núcleo de poder que pueda ejercer en contra de tercerose. Tampoco en el Congrego. Es lo que tiene no tocar poder. Ahora bien, entre sus palabras llenas de resentimiento escarbando con minuciosidad se puede encontrar aislados toques de lucidez.
En primer lugar, ante todo, es cierto que CiU ganó las elecciones y lo hizo con meridiana claridad. Es un hecho indiscutible, nadie le puede negar los números. Es cierto que Montilla es el gran perdedor porque aspiraba a todo y ha sido quien más ha bajado. Dicen de él que era un mal candidato pero será buen President, bienaventurados los crédulos.
PSC, ERC y CIU han perdido porque se presentaban en solitario con proyectos realmente distintos que no merecieron el suficiente apoyo para alcanzar el primer puesto. Cosa muy distinta sería que se presentaran en una coalición pero no ha sido así, al estilo PNV-EA en Euskadi. Si te presentas separado los resultados se miran por separado. Por otra parte, no es muy difícil que en un situación multipartita tres partidos juntos sumen más que uno: sería excesivo hablar de gesta por parte de los partidos "progesistas".
El segundo acierto de Mas es hablar de engaño de Montilla y Carod alegando que el tripartido estaba más que hablado en privado antes de las elecciones. El simple hecho de arreglarlo todo en menos de 4 días lo dice todo. Carod practicó una cínica equidistancia anunciando que no cerraba las puertas a nadie y Montilla utilizo la demagogia al decir que aspiraba a gobernar en solitario. ¿A quien pretendían engañar? El tripartito estaba pactado pero no lo dijeron hasta cerradas las urnas. El miedo a no sumar no es una razón para esconderlo lo que había, no la compro.
Dicho esto, CiU también estaba decidido a venderse con tal de conseguir la presidencia: ofreció a socialistas la mitad del gobierno y a independentistas un tercio. La desesperación de Mas por ser Presidente es la misma que ha tenido Montilla, que nadie se vista de santo. Por ello quiero poner de relieve el papel, a mi juicio, correcto de Iniciativa al afirmar antes de las elecciones que quería sólo y exclusivamente el tripartido. Fue el único partido que declaró que iba hacer después de las elecciones. Bueno, el PP tb dijo que sólo invitaría al baile a CiU pero dado su condición de pragmática marginalidad no perderé el tiempo hablando del papelón de Piqué.
En cambio, se equivoca Artur Mas al calificar al tripartido de "gobierno de mala calidad democrática". Tal afirmación es infame. Tanto la legitimidad como la legalidad acreditan la plena validez del pacto llamado de las izquierdas. Lo que hay es mala calidad política que es muy distinto debido al bajo nivel de Montilla y Carod Rovira. Éste último vuelve tras ser cesado. Las vueltas que da la vida. Salvo a Saura que en su papel de serenidad y coherencia no merece ninguna crítica en este sentido. ¿Mi opción? CiU-PSC, no tengo remedio, como la mayoría de catalanes que en recientes encuestas afirmaban que tal combinación era la mejor solución.
3 comentarios:
Forma parte del juego político el no dejar claras algunas intenciones para dejar al adversario descolocado. Y eso se hizo con Mas: marearle un poco mientras por detrás estaba todo más y más cerrado.
Mi preferencia era lo que parece ser se ha presentado hoy: un tripartito basado en las políticas sociales y no en la cuestión identitaria. Espero que así sea.
Es cierto que forma parte del juego político. El problema está en que ello se asume como algo natural cuando debía ser lo contrario.
Como ciudadano me molesta, por no decir que me jode, ir a las urnas sin saber los posibles pactos que va hacer el partido al que voto. El nivel de abstención es perfectamente lógico, es una tomadura de pelo lo que se hace para tocar poder.
ELECCIONES 2008
ARTUR MAS O EL “PUFOLISMO”
Rafael del Barco Carreras
Me permitiré la gracia, los “pufos”, aunque maldita la que les hizo a miles de obreros y cientos de proveedores que nunca les votarán. Pero el romanticismo catalanista puede más que la rémora de desastres y corrupción. La adhesión a las “ideas” supera a menudo la mala fe de sus dirigentes. En Barcelona, enfermedad compartida por las tres grandes ideologías contendientes.
Por pura casualidad su nombre entra en mis sospechas. Un recuadro en La Vanguardia de fecha 11-7-88 escrito por el célebre Feliciano Baratech, periodista a sueldo de Javier de la Rosa, justo al lado de una de tantas alabanzas al “empresario modelo” puesta en boca de Mario Conde. Reza el suelto, “Artur Mas dirigirá la diversificación de Tipel”… “Mas, que ha permanecido tres años como director general de Promoción Comercial (de la Generalitat, se entiende) ha sido fichado por el Presidente de Tipel, Isidoro Prenafeta”. Lluís Prenafeta, entonces secretario general de Presidencia de la Generalitat. Total, otro gran fiasco, unos 8.000 millones. www.lagrancorrupcion.com
Y los fiascos, estafas, de los “hombres de Pujol”, varios denunciados en Fiscalía y Justicia con exactamente los mismos delitos que yo pero de incomparables millones y sin apenas unos días de cárcel, cuando ni en Fiscalía y Magistratura cabía la adhesión por “ideas”, un reducto del “españolismo”, despiertan varias consideraciones sobre las corrupciones anteriores y las posteriores a las denuncias. Con o sin el “empresario modelo” y su bufete estrella Juan Piqué Vidal. Pero lo peor de su entorno, el clasismo de su catalanismo, que si como el mío se vio ultrajado por el Régimen de Franco, se ensañó con el apellido castellano por no suficiente catalán en unas oposiciones restringidas para once técnicos contratados desde hacía tres años, que trabajaban en inglés por no existir el catalán en sus técnicas. Y lo insinúo suave por no menear esa mierda que más allá del dinero o mis años de cárcel afecta mis más profundos sentimientos.
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