Con los resultados en la mano es de obligado examen el caso del PSC por ser el partido que más ha bajado y decepcionado. Desde mi punto de vista el castigo electoral se debe principalmente al exacerbado afán nacionalista de Maragall en los últimos años y sus permamentes concesiones a ERC. EL PSC ha perdido todas las elecciones autonómicas mientras que el PSOE ha ganado todas las generales en territorio catalán. El dato exige un examen profundo por parte de los dirigentes socialistas catalanes que da la sensación nunca han realizado.
En estas elecciones el PSC ha perdido votos en todas las direcciones y muy justamente. En primer lugar, ha habido un claro trasvase hacia Iniciativa premiando la serenidad de este partido frente a los dislates y fantasías de Maragall. Montilla se ha presentado a las elecciones sin decir con quien iba pactar; de hecho, todavía hoy no ha cerrado ninguna puerta. Cuando no se tienen claros los compañeros de viaje en una situación política multipartita no se tiene claro nada. ERC y CIU tampoco se pronunciaron sobre los pactos antes de abrirse las urnas, los dos bajaron en votos. El único partido que dijo que quería el tripartito y nada más fue Iniciativa: era la postura acertada y tuvo premio.
La otra vía de escape del PSC se produjo a manos del Partido de los Ciudadanos. El escarmiento y el tirón de orejas ha sido extraordinario. El PSC durante los últimos años ha dejado de ser un partido de tinte socialista para ser un partido nacionalista más: atrevida transformación que no ha pasado desapercibida entre muchos simpatizantes que han decidido irse a otro lado.
Maragall y Montilla querían que la metamorfosis ideológica les saliera gratis pero no ha sido así. Para nacionalistas ya están CIU y ERC, los catalanes han preferido lo original a la copia.En los últimos años se ha querido hacer ver que el ascenso del PSC y su llegada al gobierno había sido precisamente por levantar la bandera más que nadie.
Es falso. Primero, no hubo ascenso: en las elecciones pasadas el PSC no subió, se vino abajo de manera clara y la llegada al Gobierno se debió a la marcha de Puyol y una bajada todavía mas pronunciada de CiU ayudada de la gran subida de ERC. Segundo, el nacionalismo de Maragall provocó el nacimiento de este nuevo partido que les ha arañado votos y escaños. El PSC quiso tener contentos a catalanes que jamás los han votado y a los suyos los olvidó. En las urnas han tenido su castigo.
En estas elecciones el PSC ha perdido votos en todas las direcciones y muy justamente. En primer lugar, ha habido un claro trasvase hacia Iniciativa premiando la serenidad de este partido frente a los dislates y fantasías de Maragall. Montilla se ha presentado a las elecciones sin decir con quien iba pactar; de hecho, todavía hoy no ha cerrado ninguna puerta. Cuando no se tienen claros los compañeros de viaje en una situación política multipartita no se tiene claro nada. ERC y CIU tampoco se pronunciaron sobre los pactos antes de abrirse las urnas, los dos bajaron en votos. El único partido que dijo que quería el tripartito y nada más fue Iniciativa: era la postura acertada y tuvo premio.
La otra vía de escape del PSC se produjo a manos del Partido de los Ciudadanos. El escarmiento y el tirón de orejas ha sido extraordinario. El PSC durante los últimos años ha dejado de ser un partido de tinte socialista para ser un partido nacionalista más: atrevida transformación que no ha pasado desapercibida entre muchos simpatizantes que han decidido irse a otro lado.
Maragall y Montilla querían que la metamorfosis ideológica les saliera gratis pero no ha sido así. Para nacionalistas ya están CIU y ERC, los catalanes han preferido lo original a la copia.En los últimos años se ha querido hacer ver que el ascenso del PSC y su llegada al gobierno había sido precisamente por levantar la bandera más que nadie.
Es falso. Primero, no hubo ascenso: en las elecciones pasadas el PSC no subió, se vino abajo de manera clara y la llegada al Gobierno se debió a la marcha de Puyol y una bajada todavía mas pronunciada de CiU ayudada de la gran subida de ERC. Segundo, el nacionalismo de Maragall provocó el nacimiento de este nuevo partido que les ha arañado votos y escaños. El PSC quiso tener contentos a catalanes que jamás los han votado y a los suyos los olvidó. En las urnas han tenido su castigo.
4 comentarios:
Basta con mirar el ascenso del Ciutadans en los barrios obreros, en proporción a los demás.
Hay que estar ciego y sordo para pretender que una candidatura liderada por Montilla y respaldada por los llamados "capitanes" (españolisimos todos) tenga el menor atisbo de nacionalismo catalan. Asimismo, durante la negociacion del estatuto, estos mismos señores aceptaron mansamente todos los recortes que ZP impuso (faltando a su palabra y sin que nadie se le recriminase). En todo caso a esta pandilla se les podra acusar de no suficiente nacionalismo español, pero en ningun caso de mucho (de alguno) nacionalismo catalan.
Pues tiene parte de razón el señor Jordi. El PSC cuando ha ido con lideres marcados con perfil nacionalista, ha conseguido buenos resultados. En estas elecciones el problema ha sido Montilla, y no el nacionalismo, pero supongo que lo facil es decir lo que decia el post.
No se trata de decir lo fácil como dice el último comentario sino de expresar lo que uno piensa. Maragall no subió en las elecciones pasadas, bajó. Es un hecho.
No ser nacionalista catalán no supone ser nacionalista español. Ahí está el gran error. El ejemplo es el PSE que ejerce su papel sin ser nacionalista vasco ni español.
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