Se aproxima la fecha de las elecciones en Cataluña y pocas cosas están claras porque hay muchos actores políticos dispuestos a vender todo aquello que dicen defender con tal de conseguir un sillón bien tapizado y calentito. La primera conclusión de esta fase preliminar no es otra que a a Artur Mas le salen novios por todos lados: todos tan interesados como dispares, tiene donde elegir. En cambio, a Montilla nadie se le ofrece hasta el punto de que el propio Maragall transmite la sensación de que será el principal obstáculo que tenga el ex Ministro de la Opa para llegar a la Presidencia de la Genaralitat. Desde Piqué a Carod pasando por sectores del PSOE que sueñan con la gran coalición CiU-PSC, el andaluz que quiere ser presidente de la "nación" catalana no encuenta pretendientes. Las cosas del amor siempre cuestan.
Dicen de Montilla que las mata callando pero quizás esta vez sea él la víctima. La última ha sido decir que "aspira a gobernar en solitario". Los sueños, sueños son: más no se puede decir. Un servidor, que quieren que les diga, piensa que da igual quien gane en Cataluña: Montilla o Mas, tanto monta...monta tanto. No veo grandes diferencias, perdonen mi miopía galopante. En todo caso, esto es como acaba y el tripartito amenaza con reeditarse. Más tiene los novios pero Montilla puede formalizar sus relaciones y llegar al altar antes.
Montilla no va ganar las elecciones, es imposible. La victoria en la noche electoral se la apuntará CiU. Si Cataluña por algo se caracteriza desde la perspectiva política es por la imperante ideología nacionalista, y no precisamente moderada. Que se lo digan a Elvira Lindo o a Samuel Etoo. Los catalanes no van elegir de forma mayoritaria a un andaluz para que les gobierne. Es un problema apuntado en su día por Jordi Sevilla que comparto totalmente. Ese es un obstáculo más pero hay otros, la partida de nacimiento no es el único defecto de la candidatura socialista. Ahora bien, que Montilla no gane no quiere decir que no vaya ser el futuro President. Maragall también perdió y mirenlo, a disfrutar de una dorada jubilación gracias al sueldo que se ha puesto como ex President y que el tan denostado Ibarra no va tener porque no quiso hacer de Extremadura su plan de pensiones. Algo más que una cuestión de estilos.
Artur Mas es el súbito de Puyol. Su caso es muy similar al de Rajoy. Fue elegido por el dedo del jefe para acto seguido perder el gobierno en las urnas. Arturito va de "niño bien", de esos que presumen ser de buena familia y por ese simple hecho merecen más que el resto de niños del barrio. Desconozco sus orígenes y tampoco tengo interés en saberlos, mis palabras no son más que la transmisión de una percepción personal que no pretende ir más allá. Es un personaje que me resulta aborrecible por ese clima de superioridad chulesca que invade su presencia. Por citar un ejemplo, Margall procede de la burguesía catalana pero no tiene esos aires de ser superior.
Desde el PPC se ha calificado el pacto con los convergentes como "un mal menor", es decir, Piqué pide que le voten porque él es malo pero no tanto como los otros. Resultaría paradójico que el partido que más ha denigrado el Estatut fuera uno de los encargados de ejecutarlo desde la Generalitat. El poder es el poder, al fin y al cabo lo demás es todo renunciable: triste realidad presente en el circo político cotidiamo.
Entre tanto ERC se encuentra sin la principal baza que tuvo en las últimas elecciones: Jose María Aznar. Que nadie se equivoque, el notable ascenso de Esquerra en los últimos años no fue fruto del trabajo de Carod y los suyos sino del desprecio a uno de los guerrilleros de las Azores que los independentistas aprovecharon sin descanso. Carod Rovira acusó al PSC tras su salida del Gobierno catalán de querer gobernar con "las derechas catalanas". Ahora es él quien se ofrece a Mas para lo que haga falta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario