Pepe Blanco, el hombre

José Blanco o Pepiño, según gusten ustedes, es el Secretario de Organización del PSOE. Su mérito para ostentar tal puesto es ser amigo de Zapatero, no ha hecho más en su vida política ni tampoco lo ha necesitado. Recuerdo los años en que fue Concejal de su pueblo, Palas de Rei: el PP ganaba por mayoría absoluta. Años más tarde, sigue haciéndolo. Una primera conclusión: Pepiño no es profeta en su tierra. Por cierto, debería tomar clases intensivas de gallego: su castrapo hiere la sensibilidad de cualquiera. Es curioso como alguien que no gana ni en su casa ascienda de tal forma. Su caso viene a confirmar una realidad que pocas veces admite ser sometida a excepciones, se trata de la existencia de dos caminos dirigos a la consecución logros en política: uno es el trabajo, el otro son los contactos. Sobra decir que camino ha decidido andar Pepe Blanco.

Llama la atención que alguien como Zapatero que se ha carecterizado por andar el primero de los caminos citados, como demuestran sus victorias en las primarias y en las urnas, otorgue tal relevancia al citado personaje.

Cada vez que escucho a Pepe Blanco hablar de temas legales me entran escalofríos. Un señor que a penas tiene 1 curso de Derecho por la UNED se presenta ante la opinión pública como representante del partido más votado de España. La pregunta inmediata surge de forma natural: ¿No tiene el PSOE a alguien mejor? Seguro que lo tiene pero como he dicho antes el gallego de Palas de Rei es más que un confidente personal de Zapatero.

Ayer en la conferencia del PSOE (donde De la Vega ha vuelto a estar excelente, ésta sí ha optado por el camino del trabajo) vi unas imágenes, uno segundos tan sólo, en los que estaba escribiendo en un ordenador "a dedo". Letrita por letrita. Supongo que fue sólo un descuido o mal vista por mi parte; de verdad lo supongo, no me puedo creer que no sepa escribir a ordenador y más ahora que publica un blog. En todo caso, también observe como a su lado se sentaba una mujer que sería la encargada de escribir. En fin, quede ahí lo que no pretende ser más que una anécdota.

Ante la opinión vertida en este post no dudo que habrá no pocos dispuestos a llamarme clasista y defender que alguien sin estudios puede desempeñar con absoluta valía tal responsabilidad. Estimo que tal planteamiento es equivocado pues tan sólo defiendo que los méritos sean mayor referente que las amistades. Seguro que hay casos en que gente teóricamente poco preparada puede aportar más que otros con las paredes llenas de diplomas pero intuyo que el caso contrario se da en más ocasiones. Ah, no quiero hablar en profunidad de las famosas listas a las pasadas elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid por simple pereza pero hay cosas que siempre están en la memoria. Recuerdo con nitidez escuchar a Pepe Blanco que las listas los hizó él personalmente junto con Simancas: los dos siguen y lo que te rondaré morena. Será que soy un idealista, sí, será eso.

Dicen incluso que el Presidente del Gobierno a la hora de formar Gobierno le ofreció ser Ministro pero finalmente acordaron que interesaba más en esta estapa su presencia al frente del partido. Me ha dado hoy por las preguntas, les lanzo otra: ¿se imaginan a Pepe Blanco como Ministro de Justicia? Todo es posible en la viña del señor aunque prefiero a un Lopez Aguilar erudito en la materia y cuyo nombre aparece como autor de numerosos libros en las Bibliotecas de cualquier Facultad de Derecho de España, se lo digo por experiencia propia.